Autor: Sofía Rhei
Saga: Libro único
Editorial: Minotauro
Nº páginas: 608
ISBN: 978-8445003954
Precio: 21,95 €
Si esperáis que Róndola sea la novela típica de cuentos de hadas y princesas en apuros salvadas por apuestos príncipes, estáis muy equivocados. Ante vosotros os encontráis con un libro que rompe todos los esquemas de los libros de cuentos de hadas y su guión meramente impuesto y que ya conocemos de antemano. Cada personaje y situación abandona por completo esos estereotipos a los que estamos acostumbrados y le da un giro completamente inesperado, mucho más adulto y tremendamente divertido.
El mundo que Sofía Rhei ha creado para Róndola se compone en buena parte de retazos de personajes, paisajes y situaciones que nos han acompañado desde siempre. Cuentos populares muy bien desarrollados para la ocasión, folclore tradicional adaptado para la ocasión conforman un escenario colorista, lleno de luces y sombras, de seres mágicos y personajes a cada cual más extraño pero en muchos casos también reconocibles, lo que genera cierta nostalgia de las maravillosas historias de castillos encantados, príncipes convertidos en sapos y carrozas hechas con calabazas.
Pese a lo original que pueda sugerir la obra, es indudable que estamos ante la historia de siempre, con los elementos de siempre y los objetivos de siempre, un perfecto esquema de la tradicional historia de fantasía épica representada por un viaje a tierras desconocidas realizado por un grupo de pintorescos personajes, viviendo incontables aventuras, enfrentándose a numerosos peligros para finalmente, conseguir sin darse cuenta el objetivo más importante, descubrirse a ellos mismos y volverse mejores personas.
A pesar de que la novela narra una historia aparentemente sencilla y fluida, su lectura puede resultar demasiado larga e incluso en ocasiones pesada. Los primeros capítulos no decepcionan, nos presentan a sus protagonistas de una manera que a veces roza el suave y dulce tono infantil de los cuentos, el problema es que llegado a cierto punto los capítulos empiezan a sucederse sin pausa pero también sin un contenido relevante. Enfrentamientos con criaturas extrañas, rescates, acertijos que resolver, platos que comer..., todo ello enriquece el mundo ideado por la autora, pero no siempre se centra en la trama principal. A lo que me refiero, de las seiscientas páginas, la mitad son suficientes para describir perfectamente el eje principal que mueve a los protagonistas. El resto no son sino adornos, extras que ilustran y acompañan la lectura. A favor he de decir que me ha encantado que Sofía haya tratado temas como la homofobia, la eterna lucha entre géneros o el racismo, además de una serie de acertadas lecciones tan importantes como el feminismo o las relaciones sexuales, estas son mostradas al lector como cosas tan obvias y naturales.
La historia es un viaje en línea recta, sin atajos pero con constantes paradas que rinden homenaje y tributo a la fantasía, y que hacen que el lector disfrute de esas paradas. Sin embargo, las resoluciones de muchas escenas, sobre todo aquellas que suponen algún peligro para los protagonistas, son salvados por casualidad que a veces resulta excesivo y exasperante y que van sumándose a lo largo de toda la obra, anulando casi cualquier posibilidad de sorpresa o giro dramático. Por no mencionar, las idas y venidas con la procedencia de una de las protagonistas, así como sus líos amorosos y propuestas de matrimonio. Casi acaban por desquiciarme.
Róndola engloba bastantes referencias clásicas, pero no solo en su apartado visual, sino también en su estilo. El libro abarca la fantasía y entre las páginas encontramos intrigas, acción, reflexiones que tocan temas como el sexo, la personalidad, la diferencia entre clases sociales o la libertad, por supuesto el romance irá ganando protagonismo e importancia a medida que avancemos, y la comedia será una constante. Un humor suave que a veces toca la sátira, otras la parodia y alguna que otra vez se recurre a la dura crítica en clave de sonrisa.
En definitiva, he disfrutado muchísimo de esta novela, con muchísimos detalles, y es la unión de todos esos detalles que hacen esta una novela única pese a caer en ciertos tópicos y una extensión algo larga, Róndola hace que el lector se sumerja en un cuento de hadas inimaginable.
Hereva es la joven princesa heredera de Tertius, uno de los tres reinos de Róndola. Después de pasar los últimos oncinco años en la Academia Superior de Costura para Damiselas Impecables y durante su ceremonia de graduación, todo su mundo se tambalea cuando dos paladines irrumpen en el castillo para salvarla del supuesto dragón que la tiene presa. A partir de ese momento, ella y sus inseparables amigas iniciarán un viaje lleno de aventuras con el objetivo de encontrar un remedio que libere a sus padres, los reyes de Tertius, de un terrible hechizo. Por el camino se encontrarán con hombres que se convierten en animales, unicornios que atacan a las mujeres que no son vírgenes y caperucitas con muy mala leche. Y Hereva descubrirá el sexo, el amor y alguna cosa más…
Si esperáis que Róndola sea la novela típica de cuentos de hadas y princesas en apuros salvadas por apuestos príncipes, estáis muy equivocados. Ante vosotros os encontráis con un libro que rompe todos los esquemas de los libros de cuentos de hadas y su guión meramente impuesto y que ya conocemos de antemano. Cada personaje y situación abandona por completo esos estereotipos a los que estamos acostumbrados y le da un giro completamente inesperado, mucho más adulto y tremendamente divertido.
El mundo que Sofía Rhei ha creado para Róndola se compone en buena parte de retazos de personajes, paisajes y situaciones que nos han acompañado desde siempre. Cuentos populares muy bien desarrollados para la ocasión, folclore tradicional adaptado para la ocasión conforman un escenario colorista, lleno de luces y sombras, de seres mágicos y personajes a cada cual más extraño pero en muchos casos también reconocibles, lo que genera cierta nostalgia de las maravillosas historias de castillos encantados, príncipes convertidos en sapos y carrozas hechas con calabazas.
Pese a lo original que pueda sugerir la obra, es indudable que estamos ante la historia de siempre, con los elementos de siempre y los objetivos de siempre, un perfecto esquema de la tradicional historia de fantasía épica representada por un viaje a tierras desconocidas realizado por un grupo de pintorescos personajes, viviendo incontables aventuras, enfrentándose a numerosos peligros para finalmente, conseguir sin darse cuenta el objetivo más importante, descubrirse a ellos mismos y volverse mejores personas.
A pesar de que la novela narra una historia aparentemente sencilla y fluida, su lectura puede resultar demasiado larga e incluso en ocasiones pesada. Los primeros capítulos no decepcionan, nos presentan a sus protagonistas de una manera que a veces roza el suave y dulce tono infantil de los cuentos, el problema es que llegado a cierto punto los capítulos empiezan a sucederse sin pausa pero también sin un contenido relevante. Enfrentamientos con criaturas extrañas, rescates, acertijos que resolver, platos que comer..., todo ello enriquece el mundo ideado por la autora, pero no siempre se centra en la trama principal. A lo que me refiero, de las seiscientas páginas, la mitad son suficientes para describir perfectamente el eje principal que mueve a los protagonistas. El resto no son sino adornos, extras que ilustran y acompañan la lectura. A favor he de decir que me ha encantado que Sofía haya tratado temas como la homofobia, la eterna lucha entre géneros o el racismo, además de una serie de acertadas lecciones tan importantes como el feminismo o las relaciones sexuales, estas son mostradas al lector como cosas tan obvias y naturales.
La historia es un viaje en línea recta, sin atajos pero con constantes paradas que rinden homenaje y tributo a la fantasía, y que hacen que el lector disfrute de esas paradas. Sin embargo, las resoluciones de muchas escenas, sobre todo aquellas que suponen algún peligro para los protagonistas, son salvados por casualidad que a veces resulta excesivo y exasperante y que van sumándose a lo largo de toda la obra, anulando casi cualquier posibilidad de sorpresa o giro dramático. Por no mencionar, las idas y venidas con la procedencia de una de las protagonistas, así como sus líos amorosos y propuestas de matrimonio. Casi acaban por desquiciarme.
Róndola engloba bastantes referencias clásicas, pero no solo en su apartado visual, sino también en su estilo. El libro abarca la fantasía y entre las páginas encontramos intrigas, acción, reflexiones que tocan temas como el sexo, la personalidad, la diferencia entre clases sociales o la libertad, por supuesto el romance irá ganando protagonismo e importancia a medida que avancemos, y la comedia será una constante. Un humor suave que a veces toca la sátira, otras la parodia y alguna que otra vez se recurre a la dura crítica en clave de sonrisa.
En definitiva, he disfrutado muchísimo de esta novela, con muchísimos detalles, y es la unión de todos esos detalles que hacen esta una novela única pese a caer en ciertos tópicos y una extensión algo larga, Róndola hace que el lector se sumerja en un cuento de hadas inimaginable.
*Gracias a Babelio por el ejemplar