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jueves, 12 de febrero de 2015

84, Charing Cross Road de Helene Hanff

102040Título original: 84, Charing Cross Road
Autor: Helene Hanff
Traductor: Javier Calzada
Saga: Libro único
Editorial: Anagrama
Nº páginas: 128
ISBN: 978-84-339-6982-8
Precio: 13,90 €
En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías. 84, Charing Cross Road pasó casi inadvertido en el momento de su publicación, pero desde la década de los setenta se ha convertido en un verdadero libro de culto a ambos lados del Atlántico.

Estamos ante una recopilación del intercambio epistolar entre Helene Hanff, una escritora neoyorquina, y Frank Doel, el jefe de adquisiciones de una pequeña librería de ocasión situada en Londres.  La relación comienza cuando Hanff, una escritora pobre amante de los libros, inteligente, solitaria, ingeniosa, culta, atrincherada en un apartamento pequeño y atestado de libros y ceniceros, envía una carta el 5 de octubre de 1949 con una lista de sus necesidades más apremiantes en libros por su dificultad para encontrarlos en Nueva York a precios asequibles. Su carta es recibida por el sr. Doel, fiel empleado de esa librería, una persona reservada, meticulosa, trabajadora, casado con una mujer tan silenciosa como él. De ese modo se inicia una correspondencia que durará veinte años, donde Helene y Frank Doel hablan de libros y libras, autores olvidados, harina, huevos, peniques, centavos, penas, alegrías, esperanzas, sueños, las insignificantes minucias que conforman dos vidas.

Se trata de un libro de apenas 128 páginas en la edición española de Anagrama. Su fácil lectura y reducida extensión, lo leí en menos de dos horas, no debe haceros pensar que con tan pocas páginas no es un libro capaz de llegarnos, todo lo contrario, permite, profundizar más y más en su contenido, que en ese tiempo te hace pasar por la alegría más absoluta a una tristeza que te costará quitar.  En cualquier caso, supone una entretenídisima y agradable lectura.

A partir de este momento nos embarcamos en un intercambio de cartas que durará veinte años, con algunos momentos de interrupción, y que logra transmitirnos los sentimientos de complicidad, ternura y humor ácido que comparten los protagonistas. La alegría, el humor, el ingenio, la efervescente personalidad de Helene contrasta con la aparentemente fría corrección británica de Frank.Pero el vínculo que les une, el amor a los libros, es más fuerte que sus diferencias y va haciéndose más profundo cada año que pasa.

La intimidad conseguida por este par de almas solitarias es más rica, más vívida, más real que ese océano que les separa y que ninguno de ambos se atreve a franquear. El poder de evocación de este texto es fascinante: a medida que avanza la obra, el peso de las palabras no dichas, de las cosas que ninguno de ambos menciona, pero cuya ausencia se hace más y más presente en la obra, es un elemento que juega tierna y hábilmente con el espectador, llevándole más allá de los confines del apartamento de Helene y de ese lóbrego pero luminoso 84 Charing Cross Road, donde consume sus días Frank.

Se puede crear un caso erro de que entre Frank y Helene se establece una relación amorosa en la distancia con el telón de fondo de un amor compartido por los libros.  Sin embargo, a mí no me ha dado esa sensación.  Puede que con el paso del tiempo, y tras dejar a un lado el interés inicial por los libros, entre Frank y Hanff se establece un vínculo, una conexión especial que se hace extensible al resto del personal de la librería y a la propia familia de Frank. Pero pienso que se debe al cariño con el que Helene trata a sus amigos londinenses, y al afecto y complicidad con que éstos responden.

En resumidas cuentas, 84 Charing Cross Road es la historia de dos almas solitarias unidas por una pasión: la pasión por la lectura, por los libros, por esas ventanas hacia otras vidas que nunca nos dejan de fascinar.

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lunes, 24 de febrero de 2014

Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams

Título original: The Hitchhiker's Guide to the Galaxy
Traducción: Benito Gómez Ibáñez y Damián Alou
Saga: Guía del autoestopista galáctico
Editorial: Anagrama
Nº páginas: 296
ISBN: 978-8433973108
Libros de la saga: Guía del autoestopista galáctico / El restaurante del fin del mundo / La vida, el universo y todo lo demás / Hasta luego, y gracias por el pescado / Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva
Precio: 8,90 €
Un jueves a la hora de comer, la Tierra es demolida para poder construir una nueva autopista hiperespacial. Arthur Dent, un tipo que esa misma mañana ha visto cómo echaban abajo su propia casa, considera que eso supera lo que una persona puede soportar. Arthur huirá de la Tierra junto a un amigo suyo, Ford Prefect, que resultará ser un extraterrestre emparentado con Zaphod Beeblebrox, un pirata esquizoide de dos cabezas, en cuya nave conocerá al resto de personajes que lo acompañarán: un androide paranoide y una terrícola que, como él, ha logrado escapar. Douglas Adams fue el creador de toda una serie de manifestaciones de la Guía del autoestopista galáctico: primero fue novela radiofónica, luego se convirtió en libro, series televisivas y teatrales, un juego de ordenador, cómics y toallas de baño. La película ascendió hasta las cumbres de la producción cinematográfica. Esta edición cuenta con entrevistas y materiales a partir del rodaje de la misma.

¿Quien lo iba a decir? Os traigo un nuevo libro de ciencia ficción, eso si, no tiene nada que ver con lo que he leído anteriormente, nada de nada. Tenía este libro en mente desde hace tiempo, no solo porque me lo hayan recomendado sino también es un referente de la sci-fi, y para no engañaros, soy un poco friki.

Antes de ser un libro, comenzó siendo una radionovela, luego se transformó en una serie de libros, en una serie de televisión, más tarde en una película, en varios audiolibros, e incluso en un videojuego, sin olvidarnos que se ha convertido en un  fenómeno de culto a nivel mundial. Y digo esto, porque se ha declarado el 25 de mayo como el "Día de la Toalla", en homenaje a Douglas Adams y a sus personajes, ya que, como dice Ford Prefect: una toalla es el objeto más importante que un autoestopista galáctico debe llevar en su equipaje.

Para describir este libro usaría estas palabras: delirante, absurdo, y perfecto. Este libro es tan genial y desternillante, absolutamente brillante. Se trata del primer libro de una "trilogía compuesta de cinco partes", que con ganas los leeré.

La Guía del autoestopista galáctico narra las aventuras de varios personajes que se cruzan entre sí  a cuál más absurda: Arthur Dent, un terrícola cuya casa está a punto de ser demolida para hacer sitio a una carretera de circunvalación, justo en el momento en el que la Tierra va a ser destruida para hacer sitio a una carretera estelar por encontrarse en medio. Ford Prefect, un alienígena que vino a pasar unos días a la Tierra y se quedó 15 años, y que salva a Arthur en el último momento. Luego está Zaphod Beeblebrox, primo lejano de Ford y Presidente Galáctico (cuyo cargo es pura fachada), que cuenta con dos caras y tres brazos, Trillian, otra terrícola que viaja con Zaphod, o Marvin, el robot maníaco y depresivo. Todos ellos empiezan una serie de acontecimientos que les llevarán a lo largo y ancho de la galaxia, poniéndose en peligro en numerosas ocasiones. 

Puede que la trama no sea demasiada compleja y que la historia parezca corta, pero no es necesario que se alargue más, está en su justa medida ya que lo que va ocurriendo es lo suficientemente interesante para querer seguir leyendo sin que haya un aparente misterio final, además de encontrarnos más de un giro que nos sorprenderá. Y todo esto se debe, claro está, por la divertida narración de Douglas Adams. Utiliza un lenguaje coloquial y cercano, pero sin perder la objetividad del narrador, consigue meternos en la historia mientras nos vamos riendo de comentarios o situaciones concretas. Prácticamente te mantiene con una sonrisa en la cara durante todo el libro. Me gustaría leerlo en inglés porque seguramente sea más divertido, no digo que la traducción sea mala, solo que el humor inglés es mucho mejor en su versión original, y sin duda este lo sería.

Básicamente, el eje central de todo está en la Guía: una especie de guía intergaláctico, con las palabras "No se asuste" en su portada, que en sus millones de páginas, escritas por autoestopistas voluntarios  recoge información sobre todas las culturas, planetas, batallas, bebidas, restaurantes y demás cosas relacionadas con el Universo. De la Guía proceden muchos de los pasajes más divertidos de la novela, cuando describe las más absurdas y surrealistas formas de vida y civilización imaginables.

- ¡No quiero morir todavía! -gritó-. ¡Aún me duele la cabeza, estaré de
mal humor y no lo disfrutaré!

A pesar de que la edición no sea muy bonita, viene con prácticamente 100 páginas de extras en relación a la película. Un epílogo, la lista del reparto, entrevistas y la transcripción de la hoja del primer día de filmación hace que te entren unas ganas locas de verla.


En resumen, Guía del Autoestopista Galáctico es un libro absolutamente notable, que recomiendo encarecidamente leerla pero que puede no guste a todo el mundo. Si quieres pasar un rato divertido y entretenido y sumergirte en un viaje intergaláctico, este es tu libro, hará que te olvides de tus problemas terrenales por unas horas.


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