
Autor: Neil Gaiman
Traductor: Mónica Faerna
Saga: Libro único
Editorial: Roca editorial
Nº páginas: 379
ISBN: 9788496544666
Precio: 8,95 € (Edición Bolsillo)
El Gordo Charlie lleva una aburrida vida en Londres junto a su agradable prometida Rosie, hasta que se entera de la muerte de su padre, que es quien le puso el apodo del que no se ha conseguido despegar. Viaja hasta Florida para asistir al entierro y allí descubre que tiene un hermano totalmente diferente a él y que su padre era el dios africano del trickster, Anansi, capaz de cambiar el orden social. A partir de ese momento, la vida de Charlie da un vuelco y empezará a ser interesante.
Algunos la han considerado como la segunda parte de American Gods, pero una vez leído te das cuenta de que realmente no es una continuación y no guarda relación alguna con lo que narra, solo tiene en común un personaje, Anansi, que en este libro lo conoceremos en mayor profundidad a través de sus dos hijos, Gordo Charlie y Araña. Para mi no es el mejor libro de Gaiman, no es una obra de arte, pero me ha entretenido, me
ha hecho reír y en definitiva he pasado un buen rato.

Gaiman juega con su protagonista, llevándole de una situación embarazosa a otra peor, metiéndole en más problemas de los que es capaz de solucionar. Hay pequeñas historias que giran alrededor de la principal, que influirán en los personajes, y, también en el desenlace. Una vez dentro de la historia irás avanzando, poco a poco, sin parar hasta el final. Pero, en todo momento y pese a las situaciones que se estén viviendo, con una sonrisa en la boca.
Me sigue entusiasmando la manera de narrar de Gaiman, como si fuera un cuento. Me han gustado mucho las pequeñas historias sobre Anansi que se van intercalando en la novela y me sigue sorprendiendo la imaginación del autor. Esto demuestra el amor que siente el autor por los cuentos. Porque eso es la vida, un cuento que se va contando a sí misma, que se sorprende constantemente con giros inesperados, que va tejiendo sus hilos igual que lo hace Anansi.

Este libro es, ante todo, una novela desenfadada, algo floja y menos profunda que otras obras del autor, pero también de las más entretenidas. Se lee casi del tirón, muy favorecida por la manera directa, campechana, con la que el autor, inteligentemente, cuenta su historia. Hay algunos capítulos dedicados a la resolución de la novela, y otros dedicados a lo extraño, a las ideas que teje Gaiman en la que todas tienen una función determinada, sin que se tenga claro adónde quiere conducirnos el autor.
En resumen, es una novela
en la que Gaiman da rienda suelta a su particular mundo, mezcla de mitos,
historias antiguas y extrañas, magia corriente y oscuras referencias
literarias y culturales. Gaiman nos sirve una historia que no deja
indiferente, mezcla de muchas cosas, muchas referencias, muchos
ingredientes que se unen de forma excepcional y divertida.

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